Frutos del Espíritu Santo
- Evangelista Sujey Rodriguez
- 26 abr 2023
- 10 Min. de lectura

Evidenciando los frutos
Hay algo que el Señor nos deja en su palabra para que nos sirva de guía, soporte, ayuda, fortaleza y nos ayude a caminar en lo sobrenatural de Dios, "Los Frutos del Espíritu Santo". Cada uno de ellos tiene una función diferente para una necesidad diferente que se evidencian en el comportamiento de una persona y nos deja ver si la persona es un verdadero discípulo del Señor, y si su vida esta llena y esta siendo guiada por el Espíritu Santo de Dios. Dice la palabra en Gálatas 5:22-23
"En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas."
La persona que es llena del Espíritu Santo de Dios es una persona que ha sido transformada por el y que demuestra a través de sus acciones como el Señor ha trabajado en su vida. Estos se evidencian en el caminar cristiano y nos hace ver y conocer cual es la voluntad de Dios para nosotros.
El primer fruto que obtenemos del Espíritu Santo es el "Amor":
El amor es una cualidad fundamental en todo aquel que profesa ser un discípulo de Jesus, ya que en su esencia Dios es amor, y todo aquel que le sirve al Señor debe de demostrar esta cualidad en cada ámbito de su vida. Dios nos manda a amarnos unos a otros de la misma manera en que El nos amó desde antes de la fundación del mundo. En el libro de Mateo 22:36-40 el Señor Jesus nos enseña acerca de este mandato de Dios. Es importante que como hijos de Dios que profesamos la fe en Cristo podamos dejarnos guiar por este fruto del Espíritu en toda situación y mucho mas con aquellos que tal vez consideramos nuestros enemigos. Por lo tanto como hijos de Dios tenemos que ser diligentes en demostrarlo.
"Maestro, ¿Cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas." (Mateo 22:36-40)
El segundo fruto que obtenemos del Espíritu Santo es la "Alegría o Gozo":
La alegría es sinónimo de regocijo y de gozo. Es un sentimiento de bienestar y de confianza en Dios, que sentimos aun cuando estamos atravesando momentos difíciles. Este fruto se demuestra a través de como respondemos en nuestro diario vivir a los desafíos que se nos presentan, y se evidencia con demostrar este sentimiento y fruto a través de ellos. No nos coge de sorpresa que cuando llegue el momento difícil, también llega con el la tristeza y el llanto, pero estos estados no deben de permanecer en la vida del creyente, sino que deben ser estados transitorios para luego poder demostrar que verdaderamente tenemos el fruto de la alegría en nosotros. Dice la palabra de Dios que debemos de estar siempre gozosos o alegres. Por consiguiente alguien que esta lleno del Espíritu de Dios pone en evidencia este fruto a través de su vida.
Dice en Filipenses 4:4-7:
"Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús."
El tercer fruto que obtenemos del Espíritu es la "Paz":
La paz es definida como un momento de serenidad, de confianza y de bonanza que sentimos por parte de Dios en momentos en donde nos estamos enfrentando a momentos turbios y de guerra. En esos momentos en donde vemos que el enemigo se ha levantado a atacar cada área de nuestra vida en donde ha llegado el proceso y la prueba, Dios en su bondad nos llena de su paz, y no tan siquiera nos llena, sino que nos lo da para que nosotros lo tengamos y se manifieste en todo tiempo. Este estado de paz y de serenidad que nos da Dios a través de los conflictos que se nos presenten, nos brinda la confianza plena de que nuestra vida esta en las manos de Dios, sabiendo y reconociendo que Dios tiene cuidado de nosotros. Esta paz solamente la alcanzamos cuando somos llenos del Espíritu Santo de Dios y cuando nos arraigamos a la palabra de Dios. Solamente así lo podremos poner en evidencia y nos podremos beneficiar de ella cuando vengan momentos fuertes. Jesus mismo en su palabra nos dice que el nos deja la paz para que no nos acobardemos en nada. Dejemos que seamos llenos de este fruto del Espíritu.
"La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden." Juan 14:27
El cuarto fruto que Dios nos da es la "Paciencia":
La paciencia se define como la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Esta cualidad es muy importante en la vida del creyente ya que nos ayuda a esperar en Dios sin desesperarnos. También nos ayuda a enfrentarnos a situaciones en donde podremos ser amedrentados por otros, pero con la paciencia tenemos la capacidad de soportar aguardando la calma. Bíblicamente la paciencia representa una permanencia y perseverancia hacia una meta establecida, perseverancia y permanencia cuando nos enfrentamos a diversas pruebas y una permanencia y perseverancia cuando esperamos ver la promesa de Dios para nuestra vida manifestada. Con el fruto de la paciencia nosotros logramos entender el tiempo de Dios en nosotros, y nos hace desarrollar un carácter que da testimonio de Cristo Jesus.
Dice la palabra:
"Pacientemente esperé al SEÑOR, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor." Salmo 40:1
"Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración." Romanos 12:12
Con esto comencemos a perseverar en el fruto de la paciencia y así podremos esperar en Dios y soportar en medio del sufrimiento.
El quinto fruto que obtenemos de parte de Dios es la "Amabilidad o Benignidad":
La amabilidad es fundamental en la vida del ser humano y mucho mas cuando somos discípulos de Jesus y hemos tomado la decisión de seguirle. Esta cualidad y fruto lo ponemos en evidencia en la manera en como nos relacionamos con otros en nuestro diario vivir y mucho mas cuando se nos presentan situaciones conflictivas en nuestra vida. Es tener la capacidad de demostrarnos amables y cordiales aun con aquellos que se han levantado en nuestra contra. Dios quiere que de la misma manera en que El se demostró amable con nosotros, que aun siendo pecadores inclino su mirada a nosotros para amarnos, rescatarnos y darnos la salvación, sin juzgarnos ni condenarnos, El desea que de la misma manera nosotros seamos amables con los demás sin señalar ni juzgar.
El Señor quiere transformar nuestras vidas de manera extraordinaria en donde podamos demostrar en todo tiempo y en toda circunstancia que Dios vive en nosotros y que a causa de El hemos podido ser llenos de sus frutos y poderlos poner en practica.
Dice la palabra en Filipenses 4:5 :
"Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca."
También vemos lo que nos dice el Señor en el libro de Proverbios.
"Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo." Proverbios 16:24
El sexto fruto del Espíritu que Dios nos otorga es la "Bondad":
La Bondad se define como la cualidad de ser bueno. Esta cualidad y este fruto se refleja en los creyentes que se consideran buenas personas. Es una de las cualidades que poseen los seres humanos y reflejan la esencia del ser humano como tal. Este fruto se refleja en la persona que siempre está dispuesta a hacer el bien. La persona se muestra compasiva con otros cuando estos enfrentan situaciones y se encuentran sufriendo por distintas circunstancias. Es básicamente ser generoso y misericordiosos con otros.
Dios es un Dios bondadoso y misericordioso con sus hijos y siempre esta dispuesto a hacerles el bien a cada uno de ellos. El en su bondad envió a su único Hijo, nuestro Señor Jesus, a morir por nosotros porque quiso extender su bondad y misericordia hacia cada uno de sus hijos. No solamente es una cualidad y un atributo de El, sino que a través de su Santo Espíritu también nos los entrega para que nosotros también lo evidenciemos en nuestro caminar.
Dice su Palabra lo siguiente referente al fruto de la bondad:
"Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo." Efesios 4:32
Esto nos enseña la importancia de que cada uno, pueda manifestar este fruto del Espíritu en su diario vivir según nos envía la palabra de Dios.
El séptimo fruto del Espíritu que Dios nos otorga es la "Fidelidad o Fe":
La fidelidad es un atributo de Dios que tanto se le aplica a El como a los seres humanos. Es lo que caracteriza la lealtad y la fidelidad de Dios para guardar las promesas hacia nosotros así llevándolo a el cumplimiento de sus promesas para con sus hijos. El ver la inmutabilidad de Dios reflejada en su fidelidad nos hace descansar de manera confiada en la palabra de Dios para nosotros, creyendo de que algún día aquella promesa hablada a nuestra vida tendrá un día de cumplimiento. Esta misma fidelidad de parte de Dios nos lleva a depender completamente de la fe porque esta se activa en el momento en que comenzamos a depender de la fidelidad de Dios en nuestras vidas.
De la misma manera que Dios es fiel y muestra su fidelidad hacia nosotros, El espera que nosotros también mostremos fidelidad no tan solo con El, sino también con los que nos rodean. Por tal razón a través del Espíritu nos ha dejado este fruto para que nosotros también lo pongamos en evidencia en el momento de aguardar una promesa o una palabra y llevarla de igual forma a que tenga un cumplimiento. Aquel hombre y mujer que demuestra este fruto del Espíritu es aquel en el que se puede depender para llevar a cabo ciertas responsabilidades. Es un fruto que tanto se demuestra para con Dios como para los hombres.
"El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!" Lamentaciones 3:22-23
"He optado por el camino de la fidelidad, he escogido tus juicios." Salmos 119:30
El octavo fruto del Espíritu que Dios nos otorga es la "Humildad o Mansedumbre".
La humildad se define como un valor o una actitud virtuosa que debemos tener ante Dios, delante de su superioridad y de su perfección, teniendo la plena conciencia en que gracias al amor y la gracia de Dios estamos en el lugar en donde nos encontramos y que ha sido El que por su gracia nos ha concedido la vida. Implica el tener la capacidad de reconocer lo pequeños que somos delante de Dios aceptando la igualdad de dignidad entre todos los seres humanos. También implica y someterse a la voluntad de Dios en todo tiempo, la cual es una voluntad buena, agradable y perfecta.
A través de el fruto de la humildad podemos reconocer de que todos somos iguales delante de Dios de la misma manera en que Jesus demostró su humildad, dejando su trono y viniendo a hacerse hombre para redimirnos de nuestros pecados así ofreciéndonos la salvación por medio de su muerte. Pablo dijo en el libro de Filipenses lo siguiente:
“Haya, pues, en vosotros, este sentir que hubo también en Jesucristo, quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomó la forma de siervo y se hizo semejante a los hombres. Más aún, hallándose en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” Filipenses 2: 5-8.
La humildad en los hijos de Dios nos libera del orgullo y nos ayuda a tener una mejor relación con los demás. Nos ayuda en no tener que imponer nuestros puntos de vista delante de los demás, sino que nos esforzamos en servir y ayudad a otros. La persona humilde no busca vengarse ni responder con maldad a quienes los tratan de mala manera. Este fruto es una manifestación en los hijos de Dios que deciden caminar de la manera en que Dios les envía hasta que llegan a manifestar este fruto del Espíritu en sus vidas.
“Revestíos de humildad hacia los demás, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes” 1 Pedro 5:5
El Noveno y ultimo fruto del Espíritu que Dios nos otorga es el "Dominio Propio".
El dominio propio de define como tener la capacidad de controlarse. En la palabra tiene que ver con la obra del Espíritu Santo en nosotros. Esta virtud nos ayuda a poder controlar nuestros impulsos y nuestras emociones. A través de este dominio propio ponemos en evidencia de que somos capaz de poder controlar nuestra carne y que gracias a la obra del Espíritu Santo en nosotros tenemos total autoridad sobre ella, lo que provoca que podamos salir vencedores y victoriosos en contra del pecado que puede inducirnos a caer en pecado por medio de las pasiones de la carne. Esta autoridad espiritual que nos da el fruto del dominio propio nos da las fuerzas para serle obediente a Dios en todas las áreas de nuestra vida.
El dominio propio nos ayuda a desarrollar la paciencia que es una virtud que necesitamos tener como hijos de Dios. Nos ayuda a ser sobrios y moderados en nuestra manera de ser. Nos hace crecer en el conocimiento del Señor, a ser disciplinados y controlar nuestra conducta en frente de situaciones conflictivas. Nos ayuda a controlar el cuerpo y a vivir de manera santa, a ser prudente en saber como hablamos domando la lengua y controlando nuestras palabras. Nos ayuda a mantener el juicio, pasar por alto los insultos y las ofensas apartándonos así de los deseos pecaminosos de venganza, odio en contra de otros o los propios deseos de la carne.
Una manera en la que podemos crecer en este fruto es llenándonos constantemente del Espíritu Santo de Dios. Es imposible tratar de vencer esos deseos carnales por nuestras propias fuerzas, ya que esto provocará una carga pesada en nuestros hombros muy difícil de cargar, carga que provocará que con el tiempo nos cansemos, nos desanimemos y desistamos de seguir intentando, provocando que caigamos en la perdida del dominio propio.
La clave para poder vencer es teniendo al Espíritu Santo como nuestra guía y así llegaremos a obtener una victoria.
"Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa." Gálatas 5:16
"Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio." 2 Timoteo1:7
Así concluimos esta enseñanza. esperamos que desde ya podamos ser llenos del Espíritu Santo de Dios y así poder dar evidencias de que los frutos que este otorga se manifiesten en nuestras vidas.
Oro en esta hora para que tengas una llenura del Espíritu y puedas comenzar a experimentar todo lo que Dios tiene para darte, en el nombre poderoso de Jesus.
Sujey Rodriguez Irizarry - Autor (4/26/2023)
Коментарі