Extremos que debemos evitar en el cristianismo
- Evangelista Sujey Rodriguez
- 4 feb 2023
- 6 Min. de lectura
Autor: Sujey Rodriguez Irizarry / Ministerio Mujer Valiente y Guerrera - 2/4/2023

… ¿Qué requiere de ti el Señor tu Dios, sino que temas al Señor tu Dios, que andes en todos Sus caminos, que lo ames y que sirvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma? Deuteronomio 10:12
El caminar cristiano es un caminar en donde debemos tener presente cuál es el motor que nos mueve a seguir caminando para alcanzar la promesa de Dios y la meta final a alcanzar. Muchos después de recibir la salvación por gracia comienzan a vivir una vida cristiana sin tener una idea realista y convincente de cómo verdaderamente debemos de vivir para agradarle a Dios, porque simplemente se dedican a caminar y a vivir sin tener un conocimiento amplio, un entendimiento claro y un aprendizaje balanceado de las escrituras.
Dice la palabra en el libro de Colosenses 1:10 que debemos de “Vivir de manera digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena obra, crecer en el conocimiento de Dios."
El crecimiento en el conocimiento de Dios es una pieza indispensable en nuestro desempeño como cristiano, porque mientras más conocemos la naturaleza de Dios, más conocemos quién es Él y que es lo que Él demanda de cada uno de nosotros. Este crecimiento lleva al creyente a vivir dignamente para el Señor, dando frutos verdaderos en toda obra que se proponga a hacer para el Señor llevándolo a un crecimiento positivo en su caminar.
El no darse a la oportunidad de conocer a Dios a través de las Escrituras, para llegar a tener un entendimiento amplio de su palabra hasta aprender cuál es la manera correcta de nuestro caminar cristiano, lleva a la persona al error de tener un "Caminar Mecánico" en su vida cristiana, e incluso les lleva a tener un "Caminar Místico" en su vida cristiana.
El que se convierte al Señor y le acepta como su Salvador, encomendándose a tener una nueva vida en Cristo como dice la palabra que “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
(2 Corintios 5:17 RVR1960) debe de tener presente cuál es su posición desde ese momento, y pedirle al Señor que le revele cual es la manera correcta de servirle.
Ésta persona debe de tener presente que desde ese momento ya sus viejas costumbres, su viejo proceder, sus viejas andanzas, sus viejas obras y su viejo caminar deben de pasar y deben dejar de ser, para que le de entrada a la nueva criatura que Dios ha depositado en él. Una nueva criatura que ya no caminará conforme a sus deseos carnales, ni a su vieja manera de vivir, sino que comenzará a caminar conforme a la voluntad del Señor en todo tiempo.
Frecuentemente vemos que la persona se convierte, pero comienza a tener una vida cristiana mecánica, la cual le requiere una obediencia rígida a las reglas y a la conformidad hacia lo que se considera que es bueno, pero lo hacen simplemente por hacerlo y no de corazón. Puede que manifieste estar muy ocupado y con mucho trabajo para el Señor, pero lastimosamente están vacíos y su fruto no es verdadero. Si trabajamos para el Señor y no lo hacemos de corazón, simplemente lo estamos haciendo para cumplir con El, pero el amor por lo que se está haciendo esta ausente.
Dice la palabra,
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” (Colosenses 3:23-24 RVR95)
Las personas creyentes pueden llegar al pensamiento de que son espirituales, y de que están agradando a Dios en todo lo que hacen, simplemente porque han hecho buenas obras, porque han tenido un buen desempeño, porque están ocupados en todo tiempo, porque han ayudado y han servido, pero en todas estas labores y obras se corren el riesgo de llevarlas a cabo con la ausencia de la gracia y la presencia de Dios. Llevándolos a moverse en un método de mecanismo.
Este método de caminar mecánico puede conducir a la persona al orgullo, a la desesperación, a la vanagloria o a la frustración, dependiendo de cómo están viviendo, creyendo que están agradando a Dios y en si lo hacen para agradar a los hombres, y esto puede llevarlos a un pensamiento legalista. Pueden comenzar a sacar la ley de Dios de su contexto original, tergiversando las escrituras para acomodarlas a sus acciones. La persona comienza a llevar una vida cristiana basada solamente en obediencia a reglas, normas y regulaciones, y comienzan a ver el cristianismo como un mecanismo de “puedes hacer esto” y “aquello no lo puedes hacer". Entonces pasan a seguir simplemente una serie de principios morales y fríos que los conducen a la muerte espiritual. Esta manera de caminar mecánica es una forma de legalismo, en donde la persona simplemente se preocupa por mantener la ley de Dios como si esta fuera el único fin. Este tipo de extremo debemos evitarlo en nuestro caminar cristiano, ya que nos conduciría a caminar de forma manipulable a lo que pensamos que es correcto.
Otro extremo que debemos evitar en el caminar cristiano es el hecho de hacerlo de forma "Mística". Hay personas que llevan su vida cristiana basada en este "Misticismo", ya que consideran que el caminar cristiano es uno misterioso, o un tanto profundo, llevándolos en muchas ocasiones a buscar nuevas bendiciones o buscar nuevas promesas, sin darse de cuenta que ya han obtenido la mayor bendición de la infinita gracia de Dios. En este misticismo el cristiano puede tender a elevar su conocimiento basado en experiencias hasta llegar a deleitarse simplemente en lo misterioso que esto puede ser, centrándose en la mística, en estas experiencias misteriosas para el crecimiento espiritual. Esta práctica tiende a ser una práctica individual y subjetiva, en donde la persona busca tener estas experiencias sobrenaturales y misteriosas de forma individual.
El acercarse a nuestro Señor no debe de ser nada misterioso. En el caminar cristiano que se lleva a cabo bíblicamente la persona se centra en conocer a Dios por medio de el estudio de su palabra, por medio de la comunión con el Espíritu Santo que se lleva a cabo a través de la oración constante, a través de la adoración y de tener una relación intima con Dios, teniendo comunión con otros creyentes.
"Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos". Hebreos 4:16
También nos encontramos con aquellos que viven en un constante miedo profundo porque piensan que todo lo que atraviesan es causado por demonios. Piensan que estos demonios constantemente están al asecho de sus vidas, y buscan continuamente ser llenos de dones espirituales para de alguna forma demostrar que son creyentes espirituales y que están capacitados para hacerle frente a este mundo espiritual demoniaco que los rodea.
También tienden a buscar nuevas revelaciones yéndose al extremo de llegar a abusar de la gracia de Dios pecando continuamente, porque consideran que simplemente la gracia dada es una licencia para llevar a cabo cualquier pecado. Aunque aceptan las escrituras, no las creen suficientes desde su punto de vista, llevándolos a ser inconstantes en todos sus caminos. Estas personas llegan a ser como las olas del mar que son llevadas de un lado para otro, siendo cristianos inestables que se van dirigiendo en su caminar según cómo se sientan en su capacidad espiritual.
Estas personas no llegan a entender lo que el Señor nos revela de la gracia de Dios en el libro de Tito 2:11-12 que dice:
“En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual trae salvación y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio.”
Este grupo de personas debe llegar al conocimiento amplio de reconocer que la gracia dada por Dios, en vez de considerarse una licencia para pecar, es la gracia la que trae la salvación, y la que les va a llevar a rechazar toda forma de pecado, toda forma de impiedad, y todas las pasiones carnales que llevan al ser humano a la inmundicia. Y deben de llegar a reconocer que este conocimiento lo llevará a vivir una vida de justicia, de piedad y de dominio propio.
Estas diferentes maneras de vivir cristianas debemos de evitarlas para no llegar a un comportamiento desagradable a los ojos de Dios. Debemos de tener siempre presente de que la vida cristiana no es una vida mecánica y mucho menos mística, sino que está se basa en una relación con Dios y el creyente. Es teniendo una relación íntima, una relación personal, una relación de amor vertical, en otras palabra amor mutuo, de Dios hacia el creyente y del creyente a Dios y a Jesús.
Siempre reconociendo lo que dice la palabra en 1 Juan 1:3-4
“Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”
Es reconociendo que estando arraigados a la fe, manteniendo la comunión con el Padre, Hijo y Espíritu Santo, es como vamos a perseverar en nuestro caminar cristiano, manteniendo la confianza y la comunión para que en todo tiempo nuestro gozo, aun en las debilidades y dificultades sea cumplido.
Es así como vamos a poder evitar caer en estos pensamientos extremos en el caminar cristiano.
Autor: Sujey Rodriguez Irizarry / Ministerio Mujer Valiente y Guerrera (2/4/2023)
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